Alexandra Macesanu desapareció el 24 de julio, cuando salió de su casa con el objetivo de viajar a Caracal, una ciudad de Rumania, a menos de 10 kilómetros de distancia. 

En el trayecto, un hombre la secuestró y después de violarla la encerró en una habitación. La jóven pidió ayuda con el teléfono de su secuestrador y realizó tres llamadas a la Policía. "Por favor, quédate conmigo en la línea, estoy realmente asustada", fue una de las suplicas que le dijo a un agente.

"No puedo quedarme en la línea con usted, señorita, tengo otras llamadas", contestaron desde el departamento policial. La familia de Macesanu fue quien difundió los audios.

Los agentes salieron a rescatar a la jóven 19 horas después, lo que encontraron cuando llegaron fueron restos humanos carbonizados. Lo que delató que se trataba de Macesanu fueron las joyas encontradas junto a los restos. 

Gheorghe Dinca, un mecánico de 66 años, es el sospechoso de los crímenes. Además en su propiedad se encontraron huesos de otra adolescente de 18 años que habría desaparecido en abril de este año. El hombre inicialmente negó que los restos hallados fueran humanos, pero luego confesó ambos asesinatos.

FOTO TOMADA DE NEWS SKY

El caso despertó una ola de reclamos en Rumania que cuestiona el accionar de la Policía. Los agentes esperaron una orden de allanamiento para poder ingresar a la propiedad donde se encontraba la quinceañera secuestrada.

Desde el Gobierno del país, han anunciado varios despidos de mandatarios de altos rangos, el más reciente es el de la ministra de Educación, Ecaterina Andronescu, que declaró que la víctima desde niña había sido instruida a "no subir a vehículos con extraños".